Medallas al Servicio Masónico en Semper Fidelis 150

Todas las tenidas de la R. Logia Semper Fidelis 150 tienen su punto especial, y así lo reconocen todos aquellos que nos visitan, pero la última se ha superado porque venía con sorpresa incluida y también con un importante número de HH. Visitantes, entre los que contamos a varios de la R. Logia La Tolerancia 16, de Bilbao, íntimamente ligada a Semper Fidelis. Y de un modo muy especial también hemos recibido a nuestro muy Q.H. Bernardo Javier, miembro de la Logia Pitágoras 17, de Asunción (Paraguay), e igualmente miembro de nuestra logia, que se ha desplazado hasta España para compartir con nosotros un gran día de fraternidad.

Aparte de estos queridos visitantes, a esta tenida también han asistido el Gran Maestro de la Gran Logia de España, M.R.H. Txema Oleaga; el Director del Gran Consejo Rector, R.H. Adolfo Zabala -ambos Miembros de Honor de Semper Fidelis-, y el R.H. Jesús Oleaga, Gran Maestro de la Gran Logia Provincial de Castilla. Y aunque los tres nos han visitado numerosas veces, a pesar de sus múltiples ocupaciones masónicas, a esta reunión tenían que asistir forzosamente porque la ocasión así lo requería: Nuestros VV.HH. Emilio Argente y Jorge Mejía han sido condecorados con la Medalla al Servicio Masónico con distintivo blanco.

La Medalla al Servicio Masónico se otorga por los años de servicio a la Gran Logia de España, la concede el Gran Maestro y tiene distintivos rojo, azul y blanco. La Medalla al Servicio Masónico con distintivo blanco a los veinticinco años de permanencia en la Gran Logia de España.

Estas Medallas se conceden a aquellos Hermanos que las solicitan y también pueden ser solicitadas por las logias y por las Grandes Logias Provinciales.

De izquierda a derecha: el Director del Gran Consejo Rector, R.H. Adolfo Zabala; el Gran Maestro de la Gran Logia de España, M.R.H. Txema Oleaga; el V.H. Emilio Argente, el V.H. Jorge Mejía, y el Gran Maestro de la Gran Logia Provincial de Castilla, R.H. Jesús Oleaga.

Medalla al Servicio Masónico con distintivo blanco.

Efectivamente, ha sido una gran alegría para nuestra logia que se haya concedido esta condecoración a quienes ejercieron como Primer y Segundo Vigilantes de Semper Fidelis en su fundación, y lamentamos profundamente que quien fue el Venerable Maestro, R.H. Sabino Pereda, no haya podido recibir en vida esta misma condecoración.

La larga trayectoria masónica de los VV.HH. Emilio y Jorge, junto a su permanente demostración de valores masónicos, son suficientes motivos para que hayan sido merecedores de esta condecoración.

Después de la tenida, todos juntos, en perfecta armonía, hemos disfrutado de un ágape que ha concluido con el brindis del Retejador, muy bien recitado por el Gran Maestro de la G.L.E. Txema Oleaga.

Ha sido un día de masonería para no olvidar.

Iniciamos el curso del Arco Real en Semper Fidelis 36

En el Capítulo Semper Fidelis 36, de los Masones del Arco Real de Jerusalén, hemos iniciado un nuevo curso recordando a su promotor, el R.H. Sabino Pereda, que, aunque ahora vive dando su luz en el Oriente Eterno, siempre estará presente entre nosotros. A pesar de que todos hemos notado su falta, la semilla que sembró del Arco Real seguirá dando sus frutos.

El Arco Real es un grado colateral dentro de la masonería en el que se representa un período histórico lleno de profundo simbolismo y de una extraordinaria importancia en el mundo masónico. En la masonería hay tres grados: Aprendiz, Compañero y Maestro, y al Arco Real se le considera el grado imprescindible que complementa al grado de Maestro Masón, para completar su enseñanza.

Los tres Principales

Los distintos ritos y grados de la masonería se distinguen por la presencia de numerosos e interesantes símbolos, y el Arco Real es, probablemente, el grado en el que los símbolos, tanto por su número como por su belleza y profundidad, cobran más protagonismo llenándolo todo.

Después de la ceremonia, en la que se ha investido a los nuevos tres Principales y a distintos oficiales del Capítulo, hemos celebrado el tradicional ágape con sus correspondientes brindis, y durante la reunión, para completar el día, hemos recibido noticias de que hay nuevos HH. interesados en incorporarse a Semper Fidelis 36, los que, por supuesto, serán debidamente acogidos por sus Compañeros en Torrelavega.

El premio «El Mazo y el Cincel», para la Dirección de Enfermería de Valdecilla

La logia masónica cántabra, Semper Fidelis 150, este año ha otorgado el premio «El Mazo y el Cincel» a la Dirección de Enfermería del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en la persona de su directora, Gema García. Al acto, celebrado en un restaurante de Santander, también asistieron el Gerente del Hospital, Rafael Tejido, y la Subdirectora de Enfermería, Patricia Pulido, con la presencia de una representación de varios integrantes de Semper Fidelis y algunos familiares y amigos.

El premio «El Mazo y el Cincel» fue creado hace unos años por la logia Semper Fidelis y se otorga anualmente a personas de la Comunidad Autónoma de Cantabria que se hayan distinguido en la defensa, la promoción o la buena práctica de la libertad de pensamiento o de expresión, el pluralismo, la tolerancia, el espíritu crítico, la cultura en general y la solidaridad con los demás. En su primera edición se otorgó a la Librería Gil.

En esta ocasión, el justo merecedor de este premio ha sido el colectivo de enfermería del Hospital Valdecilla por su extraordinario comportamiento durante la pandemia de la COVID-19.

El V.M. entrega el premio a la Directora de Enfermería.

La dureza con la que esta pandemia ha atacado a todo el mundo ha puesto a prueba a los sanitarios, sobre todo al personal de enfermería, que son quienes más de cerca han tenido que luchar contra el virus y contra la falta de medios para combatirlo.

El V.M. de la logia hizo entrega de una placa conmemorativa del premio y pronunció unas palabras resaltando que la Enfermería no sólo es una profesión centrada en los cuidados de los pacientes sino también una organización que vertebra los hospitales. Los hospitales, explicó, son personas, no edificios ni aparatos, y la organización de esas personas determina en buena medida la calidad del propio hospital. Mientras que la organización de los servicios médicos y, en general, la selección de todo el personal, sigue los mismos criterios que hace décadas, la Enfermería ha evolucionado sin dejar de ser un colectivo muy disciplinado y capaz de ser la columna vertebral del hospital. Una epidemia es una prueba no sólo de valentía personal y dedicación, sino también de excelencia profesional y de organización. Dotar una planta y abrirla en 24 horas, trasladar a pacientes y al personal de manera casi inmediata sin dilaciones ni quejas es una tarea tan difícil como imprescindible durante una pandemia como la que asoló el mundo; la de la COVID 19. Y todo eso lo ha sabido hacer la Enfermería del hospital Valdecilla.

Gema Garcia en su discurso.

La directora Gema García, después de recibir el premio de manos del actual V.M. de la logia, dijo unas palabras en las que puso de manifiesto que el premio que le había sido concedido pertenecía a todo su equipo por igual y sin distinción, porque se trataba de un magnífico equipo que había trabajado sin descanso y siempre de buen grado, a pesar del peligro que suponía, tanto para ellos como para sus familias, ese contacto tan directo con el virus. Describió el día a día durante la pandemia, las incertiumbres, las dudas, los temores y, sobre todo, el compromiso con los pacientes, orgullosa de que todo el personal de enfermería haya trabajado sin desmayo, sin contar las horas, con decisión, incluso saliendo del hospital a apoyar a los ancianos de Cantabria.

También dijo unas palabras el Gerente del Hospital, Rafael Tejido, recordando que la organización del hospital para abrir en tiempo récord nuevas plantas COVID, en perfecta colaboración con la Dirección de Enfermería, fue determinante para controlar el virus y minimizar el número de fallecimientos, dentro de las dificultades que ha entrañado la lucha contra esta pandemia. Valdecilla intentó anticiparse al curso de la pandemia, hizo acopio de material de protección cuando aún no se había producido el pico de los contagios, mantuvo una información permanente con el personal y la sociedad, constituyó una dirección asistencial de expertos y no renunció a tratar a pacientes con otras patologías, todo ello en un contexto de incertidumbre y estrictas normas administrativas.

El V.M. y la Directora, junto al Gerente y la Subdirectora de Enfermería.

Finalmente, el V.M. de Semper Fidelis también dijo unas palabras de agradecimiento para todo el colectivo sanitario del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, por su capacidad de trabajo y por las virtudes que siempre han demostrado, sobre todo en los momentos difíciles que nos ha tocado vivir en los terribles meses de la COVID 19, y acabó recordando que precisamente el primer director de ese hospital fue el doctor Wenceslao López Albo, neurólogo de prestigio internacional y también masón. Recordó igualmente a la primera subdirectora de la Escuela de Enfermería, Mª Teresa Junquera, que tenía una amplia formación como enfermera y médica y conocía las escuelas de enfermería anglosajonas, por lo que intentó implantar el modelo Nightingale.

Se produjo a continuación una interesante conversación entre todos, con un enriquecedor intercambio de informaciones y de opiniones.

Entregamos una silla de baño a la residencia de ancianos de Roiz

Aparte de las regulares entregas de alimentos que realiza la logia Semper Fidelis 150 a la Cruz Roja de Torrelavega, nuestro H. Hospitalario todos los años se encarga de buscar residencias para personas mayores o para discapacitados, con el fin de colaborar con ellas en la ayuda a esas personas dependientes, haciéndoles donaciones de sillas de ruedas, grúas o cualquier otro tipo de producto necesario que facilite el trabajo de atención a personas con movilidad reducida. 

Residencia Valdáliga, de Mensajeros de la Paz, del Padre Ángel.
Nuestro H. Hospitalario durante la entrega.

En esta ocasión nos hemos puesto en contacto con la Residencia Valdáliga, de Mensajeros de la Paz, que se encuentra en la localidad cántabra de Roiz, para hacerle entrega de una silla de ruedas para baño que servirá para mejorar las condiciones de trabajo de los asistentes y para que los ancianos disfruten de un plus de comodidad.

Nuestros mayores y, en general, todas las personas dependientes, con movilidad reducida o discapacitadas, necesitan toda la ayuda que podamos prestarles para que puedan tener una vida más fácil, y nuestro deber, y el deber de todos, es hacer lo que esté en nuestra mano para conseguirlo, porque ellos, más que nadie, se lo merecen.